“Lanzamos un proyecto de vivienda compuesto por apartamentos de 35 m². Y luego, pensamos al revés, cuestionamos el pensamiento de que “El tamaño del apartamento es el que permite vivir en grande” con un mensaje disruptivo: “35 m² para vivir en grande”. Evidenciando que el espacio que los compradores disfrutarían no se limitaba solo a los apartamentos, sino también a los espacios comunes.